Cuando pensamos en sostenibilidad pocas veces lo hacemos desde lo básico que esto implica. Construir una sociedad ética, equitativa e inclusiva.
Al ver nuestra realidad, vemos que por la falta de la primera, las otras dos son totalmente olvidadas, en la práctica, cuando se trata de dotar a proyectos del presupuesto adecuado y se sigue dando paso a proyectos y obras que son segregadoras y que potencian un uso privilegiado de pocos.
Nuestra ciudad tiene mucha historia de construcción de planes y más planes, consultoría tras consultoría, que al final resultan en un montón de recursos botados a la basura, porque no se ejecutan, bien sea por falta de voluntad política o por la peor, por falta de conexión real de lo que los Términos de Referencia TDR piden y lo que se necesita en realidad.
Frente a esto, qué hacer?
Nos encontramos en un punto de inflexión importantísimo en la ciudad, o cambiamos el modelo de gestión de mil cabezas y ninguna visión que tiene ahora el Municipio de Quito o nos terminamos de hundir en un hueco sin salida.
Una propuesta ciudadana que recoja propuestas de diferentes espacios es vital para repensar todo esto fuera del Municipio y pensar cómo podemos tener un Municipio que dé un servicio y no sea un perjuicio para todos.
Consensuar una visión de largo aliento, no solo de desarrollo urbano sostenible y movilidad sostenible sino de cómo hacer los trámites, los pedidos al Municipio, la participación ciudadana. Hoy más que nunca es necesaria la voz ciudadana para reclamar un futuro transparente, equitativo e inclusivo, ya que no hay otra manera de tener una sociedad segura y que disfrute de ser parte de esta hermosa aunque maltratada ciudad.

Comments